El poder del paisaje, las montañas imponentes, el aire fresco y la nieve reluciente dejan a un lado lo trivial y dirigen tu atención a Whistler y Blackcomb, dos montañas que convergen en un pueblo estilo europeo, con más de 3,000 hectáreas esquiables, nevadas abundantes e impresionantes paisajes alpinos para los que buscan aventuras al aire libre que van desde lo justo hasta lo exagerado. Su hermoso pueblo peatonal cuenta con alojamiento y acceso directo a las pistas de esquí, además del après mundialmente famoso, en sus restaurantes de cinco estrellas, spas, tiendas o la vida nocturna que difícilmente podrás resistir. 

 

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